martes, 23 de abril de 2013

Feliz día del libro

Ya os lo decía una vez aquí que este es uno de los días que más me gustan del año, y sobre todo, después de haberlo vivido durante años en Barcelona. Un año más no me pilla allí, pero me gusta mantener vivo el espíritu de este día lleno de la ilusión y la magia que nos traen los libros. Además, me parece más que bonito regalar un libro a las personas que quieres: pareja, familia, amigos... porque regalar un libro es regalar a otro la posibilidad de crecer, de viajar consigo mismo a cualquier lugar.
 
Si echo la vista atrás y pienso en el primer libro que me encantó, ni si quiera sé si tendría edad para leer. Me han gustado desde siempre. Me invitaban a vivir otras vidas, a soñar otros mundos, a ser otras gentes, a conocer,a mirar y a pensar como otras personas. Me encantan los libros, y de hecho, siempre que viajo llevo uno o dos en mi maleta, junto con alguna libreta donde apuntar alguna frase que al leerla me haya gustado o  me haya hecho pensar. Son como esos amigos a los que uno puede recurrir y sabes que no te van a fallar, es decir, imprescindibles.
 
Me encantan esos que te atrapan tanto que no eres capaz de irte a dormir porque te tienen tan enganchada que serías capaz de dejarlo todo para llegar al final y saber qué pasa; o aquellos que te sacan una sonrisa, que te hacen ver la vida más bonita; o aquellos que no sabes muy bien lo que cuentan pero su prosa es poesía; o aquellos que cuentan historias cercanas con las que identificarse; o aquellos que te cautivan por su dedicatoria... Cualquiera que te mueva por dentro será un buen libro.
 
 Y en este 23 de abril, yo he decidido salir a la calle en busca de uno de esos libros que he leído cientos de veces, y cuando digo cientos, estoy siendo casi literal. Lo he leído en español y en su idioma original, francés, muchísimas veces, más de las que soy capaz de recordar: El Principito.
 
Es un libro preciosos, tierno y delicado, a la vez que fuerte y completamente atemporal... Es como un  fondo de armario. Es un libro que me parece muy acertado para los tiempos que corren. En él se habla de que lo importante es siempre imperceptible a la vista,  que las preguntas que importan no hablan de cifras, que respetar al otro es fundamental para respetarse a uno mismo, que tenemos que tomarnos nuestro tiempo para decidir,etc. Es el espíritu del niño lo que Exupéry reivindica: la curiosidad, la sorpresa, la alegría y la bondad ante el mundo. Un canto a a la vida, que yo buscaré en versión pop-up para compartirlo con los más pequeños.
 
 






 
 


 
 

 
 
¿ Celebraréis hoy el día del Libro?  ¿Tenéis también un fondo de armario librero?


 
 
¡¡ Besos!!

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