domingo, 23 de noviembre de 2014

Trufa

Trufa ha llegado a casa. De hecho ya lleva acompañándonos un mes. Han sido unos días de cambios estructurales en casa, de horarios, de organización...

 
Yo nunca antes había tenido un perrito y era una de las cosas que quería hacer en mi vida. Casi toda la gente me quería quitar la idea, que si "es una gran responsabilidad", que "resta libertad", que "es un gasto"...                                                                                                                                              
 
Pero no sé cómo explicar lo mucho que queremos a este cachorrito en tan poco tiempo, yo no lo sabía, no podía imaginar el cariño, la felicidad que nos da. Nada es más especial que verla dormir boca arriba con sus blancas patitas en el aire, o jugar a lanzarle la pelota bien lejos y notar como va aprendiendo a correr cada vez más segura y con más estabilidad.
 
 
Muero de ganas de que Eva, su veterinaria, por fin le ponga su última vacuna para llevarla a pasear por mil sitios y que disfrute oliendo todo y intentando comerse las hojitas que caen de los árboles antes de que se las quitemos de la boquita.
Mientras os escribo la tengo aquí a mi lado, mirándo la tele super interesada, como si realmente entendiese la película. Ay! si es que mi Trufa es muyyyy lista!
Sara